Glaucoma

El ojo alberga un líquido vital denominado humor acuoso, producido y drenado constantemente mediante un complejo sistema de drenaje. Este proceso mantiene un equilibrio constante entre la producción y la salida de este líquido.

Cuando hay un desequilibrio entre la producción y el drenaje, se pueden experimentar alteraciones en la presión intraocular, generalmente elevándola y generando daño en las estructuras internas del ojo. El nervio óptico, en particular, sufre daños, manifestándose en una pequeña muesca conocida como excavación fisiológica que aumenta de tamaño debido al deterioro de las fibras nerviosas.

El glaucoma es una enfermedad caracterizada por la pérdida gradual del campo visual debido a la lesión en el nervio óptico, a menudo causada por la hipertensión ocular. En muchos casos, el glaucoma tiene un patrón hereditario, aunque también puede presentarse sin antecedentes familiares de la enfermedad.

La presión intraocular normalmente oscila entre 10 mmHg y 20 mmHg; cuando supera este rango, puede ser perjudicial para el ojo. El glaucoma a veces progresa de manera silenciosa, sin generar síntomas evidentes. Por lo tanto, es de suma importancia que todos los pacientes mayores de 40 años se sometan al menos anualmente a un examen de la presión intraocular.

Nervio Óptico en un caso de Glaucoma
Nervio Óptico en un Paciente Normal

La toma de la presión intraocular se realiza en un minuto sin ningún tipo de dolor o incomodidad para el paciente. Por otro lado, es importante mencionar que gozar de una excelente presión arterial (presión que se toma en el brazo), No garantiza tener una buena presión intraocular, ya que estas son independientes una de la otra.

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